sábado, 5 de agosto de 2017

“Sevilla no tiene suerte con los alcaldes”. El actual es más inculto que Zoido.


Se lo dijo el General Franco al Rector Calderón Quijano.

“Sevilla no tiene suerte con los alcaldes”. Se lo dijo el General Franco al entonces rector de la Universidad de Sevilla, don José Antonio Calderón Quijano, en una de sus visitas a nuestra metropolitana Ciudad. Y años más tarde se lo contaba el maestro americanista a su antiguo alumno el profesor don Antonio Egea López en una de aquellas horas de inolvidables conversaciones en la Escuela de Estudios Hispanoamericanos. 

Le presentaban tres candidatos con sus currículos y el Jefe del Estado elegía a uno. Pues, no atinaba, se lamentaba el General. Como se ha pasado de una dictadura a un régimen mafioso, a la actual presidenta de la Junta de Andalucía no se le exponen tres nombres, sino que ella se limita a designar alcalde de Sevilla a cualquier Juan Lanas, y he aquí que el actual es más inculto que Zoido, quien, por cierto, para continuar acumulando puntos en su semianalfabetismo profería el 21 de noviembre de 2016 ante las cámaras de televisión: “las fuerzas gubernamentales están siendo capaz”. Sí, como lo lee, sin concordancia de número; como sucede a tantos egresados de aulas de primaria, de bachillerato y universitarias, a los que sus profesores no enseñan a hablar en español.

El alcalde Zoido promovió la celebración del Año Murillo (2018), y el actual se ha sumado a la conmemoración. Pero, ¿y Cervantes? Ni hablar. Por Cervantes, cuyo cuarto centenario es este 2016, el alcalde de Sevilla no ha movido un dedo para aprovechar turísticamente, económicamente, con aumento de empleo, culturalmente, en grandiosidad de imagen, una efeméride que une a la Sevilla inmemorial con el primer escritor de la literatura universal. El inculto alcalde actual no ha celebrado este año. Pese a que ningún otro personaje ofrecerá tantísimas posibilidades de promocionar a Sevilla y atraer visitas. Un fracaso. Así es imposible generar empleo, y por ello la cifra de parados en Sevilla es una vergüenza histórica.  

Claro que, además de necio, el alcalde actual aspira a un cargo superior, teniendo en cuenta que, siéndole tan fácil haber recibido la alcaldía, ¿por qué iba a dudar de incluso ascender en la jerarquía gubernamental? Y ahí lo tienen aspirando a suceder a la presidenta de la junta autonómica tras fracasar estrepitosamente en nuestra alcaldía. No se ha acordado de Cervantes, pero sueña cada noche y cada día con acciones que lo fotografíen asociando provincias andaluzas para ir preparando su lanzamiento a un puesto en que su ineptitud se muestre con mayor evidencia. Como el único mérito que ha de cuidar es caerle en gracia a la aspirante a presidir el gobierno nacional, a ello se dedica, aunque Sevilla ostente récords de paro y de incompetencia municipal. ¿Habrá algo que más evidencie su inutilidad que mantener el edificio de la Gavidia malgastando en su vigilancia en vez de subastarlo de una vez para que unos empresarios creen riqueza y empleo? ¡Será Juan Lanas!  


Los hay peores que el Alcalde de Sevilla.

Pero que sepan los lectores que aún los hay peores que el alcalde de Sevilla. En Cádiz, Madrid y Barcelona sus alcaldes obtienen suspensos muy deficientes; comparados con el nuestro, el de Sevilla puede parecer matrícula de honor pese a que su calificación es de insuficiente. Por eso me duele que, encima de aguantar a un inútil, haya escritores que hablen mal de la actitud pública de los sevillanos olvidando la justa valoración de cuanto la urbe hispalense supera ostensiblemente a las poblaciones de esas capitales que están soportando pasiva y cobardemente a unos mandamases que son una vergüenza nacional e internacional. 

Comprendo que esos escritores autodenigradores se dejen llevar, como tantos, de la autodenigración nacional que completan calificando igual a sus respectivas ciudades y pueblos. Es un mal que ya he explicado que nació en el siglo XVIII y que todavía pervive para mal de España y de cada uno de sus territorios; como si acaso, que no es, en el resto del mundo ataran los perros con longanizas (podrán hallar en Candelario, en la provincia de Salamanca, el origen de esa frase). Un ejemplo entre miles: Sólo hay dos libros publicados sobre Villablanca; en el último, editado en 2012, el autor finaliza la obra asegurando que su “marginalidad geográfica ha terminado por arrastrarla, a lo largo de la Historia, a su secular estado de olvido y atraso” (1). Un epílogo injustificado, uno más en el catálogo nacional de autodescalificaciones. A ver si se termina de una vez con esta lacra.


Jaime Raynaud Soto y Andrés Joaquín Egea López serían buenos alcaldes.

Por fin Rajoy ha convocado el congreso de su partido, evitándole al Rey de España que continuara conculcando la Constitución como hizo al encargársele formar gobierno al gallego ilegítimo representante del Partido Popular. Felipe VI le llamó la atención por su irregularidad censurable, y por fin, al jurar los nuevos ministros sus cargos, se ha convocado el obligatorio congreso que ha legalizado la situación de su partido.

Pero ahora hablemos de Sevilla. El alcalde Zoido ha sido nombrado ministro, y por tanto falta un candidato popular para las siguientes elecciones municipales. El que Rajoy también se demore en nombrar un candidato perjudica a Sevilla, porque, de entrada, un acertado nombramiento incluso forzaría al actual alcalde a mejorar algo, tras la desmesurada torpeza de ni celebrar el IV Centenario de Cervantes.

Vengo reiterando -y que me disculpen los lectores habituales- que es imprescindible una Escuela Universitaria Nacional de Ciencias del Gobierno para que los titulados sean los únicos aptos legalmente para dirigir gobiernos o municipios con más de 50.000 habitantes. Y mientras esto no se lleve a efecto, los españoles seguirán padeciendo la incapacidad de unos aficionados gobernantes tan necios como esa representante comunista, reencarnación de candidatos bisoños de 1977, que pide para la Gavidia no subastar el edificio para crear empleo sino “un centro de investigación” (2). O sea, más gasto público despreciando a empresas que aportarían dinero al Ayuntamiento y empleo para desocupados. Con estos descerebrados, sin formación ni aptitudes, es imposible crear empleo y acabar con la pobreza en Sevilla. ¡Que no se enteran! ¡Que lo primero es generar empleo a cargo de empresarios! 

Tan ignorantes como el alcalde actual, que, con casi el mismo coeficiente de inteligencia, desprecia la instalación de Ikea y ahuyenta a Sevilla Park (3). Que sepan los parados que este alcalde impide la creación de empleo. Un gobernante tan perjudicial que, como se lee en “ABC”, “los inversores huyen -de Sevilla- por el atasco en la concesión de 3.000 licencias de obras” (4). Una urbe, la nuestra, que atrae inversiones no puede estar regida por un inútil que impide la generación de riqueza y de puestos de trabajo. Por todo esto, que es urgentísimo reparar, la presidenta de la Junta de Andalucía tiene la obligación de echar de la alcaldía al responsable. Si no lo hace de inmediato, será imposible que Susana Díaz recobre el carisma que ha perdido en este año, lo que, además, repercutirá en un fracaso seguro para presidir su partido con alguna esperanza de salir del pozo sin fondo en el que ahora chapotean sus dirigentes.

Vamos, que Rajoy debe tomarse prisa para ayudar a Sevilla a librarse de esta gangrena que es el alcalde actual. Así que ha de nombrar a un candidato a la alcaldía, para las próximas elecciones y para que ahora mismo defienda los intereses de los sevillanos frente a la sinrazón de un gobierno municipal que hunde a Sevilla y a los ciudadanos y les deja sin futuro. Y no vale que proceda con la misma deficiencia con que nombró al que sigue de candidato popular andaluz, ya que ni entonces ni tras el tiempo transcurrido ha acumulado suficientes méritos para alcanzar un carisma atractivo, o sea, que la nota del candidato andaluz no sobrepasa la calificación de insuficiente; para lograrlo tendría antes que experimentar el gobierno en un municipio. Por tanto, no debe fallarse al nombrar a un candidato municipal, y dos valiosos aspirantes son Jaime Raynaud Soto, parlamentario andaluz, y el profesor Andrés Joaquín Egea López, independiente entregado altruistamente a la defensa de la mejor Sevilla y de un municipio creativo, emprendedor y generador de empleo.   

Hay que sobreponerse a la pésima trayectoria de la ciudad, que, tras 1992, brillante e histórica época en que Sevilla fue otra vez capital del mundo, no logra su reactivación. Tenemos que superarlo, rompiendo cualquier hechizo, pues, como escribe el maestro de maestros don Miguel de Cervantes, “cuando traen las desgracias la corriente de las estrellas, como vienen de alto abajo, despeñándose con furor y con violencia, no hay fuerza en la tierra que las detenga, ni industria humana que prevenirlas pueda” (5).

(Las fotos han sido tomadas de loquequedadeespaña.blogspot.com, es.wikipedia.org y laverdad.es). 30-11-2016

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(1) González Orta, Juan Ignacio: Villablanca, Diputación Provincial de Huelva, Huelva, 2012, página 172.
(2) “ABC”, Sevilla, 19-10-2016, página 27.
(3) Ibid, 29-11-2016, pp. 18 y 20.
(4) Ibid, 21-10-2016, pág. 20.
(5) Cervantes Saavedra, Miguel de: Don Quijote de la Mancha, Primera Parte, Capítulo XXVII, edición de la Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid, 2004, página 264.