El principal responsable de lo que hoy sucede en una región de España manipulada por catetos es el presidente del Gobierno. Hace tres años propuse que se suspendiera la autonomía catalana, porque, de no hacerlo, cada día empeoraría la situación. Así ha venido sucediendo y hoy, ante los españoles y ante el mundo, nuestra Nación ha experimentado un bochornoso espectáculo impropio de nuestro Ser.
Pensaban los españoles inteligentes que desde el bodrio de la II República nunca se había gobernado tan mal hasta que llegó Zapatero, pero ha ocurrido que el incompetente, débil, pasivo, cobarde e inútil Rajoy ha superado ridículamente a su antecesor. Y el muy necio todavía postula dialogar con los secesionistas que claramente lo único que pretenden es la independencia de una región española que, para que la cosa sea más esperpéntica, jamás constituyó reino.
La situación es tan extrema que el Rey no puede dejar toda la iniciativa a quien no tiene personalida. El monarca debe reunirse con Rajoy el lunes 2 de octubre y comunicarle sin paliativos que no confía en él, responsable de cuanto ha acontecido hoy y seguirá ocurriendo si continúa gobernando.
Esto debe informárselo reservadamente, y si Rajoy quiere dimitir que dimita ya, pero lo conveniente es proceder urgentemente a convocar unas primarias para que compita, sin complejos ni prejuicios sino con sentido patriótico, el mayor número posible de candidatos. Si se procede bien, eligiéndose a un personaje carismático, tras elevar al ganador a la presidencia del Partido Popular, ha de haber elecciones generales. Con la seguridad de que la mayoría de los españoles quiere votar a favor de un ciudadano que saque a España de este caos en que la ha introducido el registrador de la propiedad menos apto para dirigir a una gran Nación.
Entretanto, Rajoy debe seguir como presidente del Gobierno, pero sin hacer más tonterías, como fue la de promover a candidato andaluz de su partido a un mediocre conmenos garra que un actor de tecera fila en una comedia de telebasura. ¿Y quién debe mandar en Rajoy? Pues, a la espera de otras elecciones, está claro que el Rey de España. Porque al Monarca y a sus asesores no se les escapa que los españoles, viendo la torpeza de Rajoy, miran a la Zarzuela para que no se calle ni se quede al margen de esta situación disparatada. Vamos, que Rajoy ha implicado al Jefe del Estado en este camino al caos. Pensar otra cosa es una imbecilidad propias de los peores reyes de nuestros más desgraciados momentos históricos. Creía Rajoy que aguantando carros y carretas al final encontraría solución; no ha sido así ni lo será para el Monarca si incurre en la misma pasividad y torpeza. Más: si Rajoy dimite debe ser presidenta provisional su vicepresidenta. Tal para cual.
SUSPENSIÓN DE LA AUTONOMÍA CATALANA.
¿Qué más debe hacer el Rey? Pase lo que pase el día 2, el Rey debe instar a Rajoy o a su sucesora a que suspendan de inmediato la autonomía catalana. De inmediato, sin más dilación que la que exige la Constitución. Si la respuesta es negativa, el Rey debe pronunciarse ante los españoles para que todos sepan que es el Jefe del Estado, y no sólo besa las mejillas de niños y estrecha la mano de nuevos embajadores, sino que se dispone a cumplir atribuciones que le confiere la carta magna. Sin complejos ni prejuicios, que son los que han llevado a Rajoy al ridículo de emular a los peores dirigentes de la historia de España.
O LAS FUERZAS ARMADAS INTERVENDRÁN EN CATALUÑA.
Si el mismo día 2 Rajoy o su sucesora no anuncian la incoación del expediente de suspensión de la autonomía catalana, el Rey de España debe citar para prinera hora del día 3 a los mandos superiores de las Fuerzas Armadas subordinados a su mando supremo (artículo 62,h de la Constitución). Esa misma mañana, sin ambages el Rey y los mandos superiores de dichas Fuerzas deben proclamar que según el artículo 8,1 de la Constitución las Fuerzas Armadas "tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional". No obrar así es traicionar a la Nación. En consecuencia, sin pusilanimidad ni tibieza el Monarca debe preparar la ocupación de Cataluña mientras no se cumpla la Constitución. ¿Que esto es de envergadura? Pues, claro, pero es la hora de los inteligentes, honrados y eficaces. ¿O quiere Felipe VI pasar a la historia como un mequetrefe tal Carlos II, Carlos IV y Fernando VII? No es fácil esta operación, pero los Ejércitos españoles han de demostrae que en nuestra Nación pueden acometer las mismas tareas que se realizan al servicio de otros países. Los Ejércitos, bajo el Mando Supremo, tienen que hacer cumplir la Constitución.
DECLARACIÓN DEL ESTADO DE ALARMA.
En apoyo de esa acción militar, el mismo día 3 el Gobierno debe declarar el Estado de Alarna en Cataluña (artículo 116, 2 de la Constitución). Estado que durará quince días, y que puede prorrogarse por la mayoría del Congreso.
Majestad, espero que mis oraciones a Santiago le ayuden a discernir y actuar. Lo suscribo en Constantina a uno de octubre de dos mil diecisiete (2-10-2017).
Dr. Antonio Egea López
