Felicito al Rey por su intervención pública, que ha animado a los españoles. Mas la decadencia catalana continúa, y los españoles están hartos de un gobernante al que no le hierve la sangre.
RAJOY DEBE SER SUSTITUIDO.
Lo decía en mi carta del 1 de octubre. Es urgentísimo que Rajoy deje el gobierno ya que no tiene capacidad alguna sino para hundir la economía con su pasividad. Igual que en un centro de enseñanza los culpables de los desórdenes no son los alumnos gamberros sino los directores escolares con su falta de personalidad, de categoría y de autoridad. Es un bien nacional que el Rey logre que el presidente del gobierno dimita con cualquiera excusa médica o alegando otro motivo, y así los españoles puedan sentir ilusión por una España mejor. Que lo sustituya la vicepresidenta mientras su partido elige nuevo dirigente, pero carismático, por favor, no un mediocre.
SUSPENDER TOTALMENTE LA AUTONOMÍA CATALANA.
Como consecuencia de la debilidad del presidente hemos llegado al punto de que se ha de acometer lo que debió haberse hecho hace tres años, o muchos más, suspender totalmente la autonomía de Cataluña. No en parte, como ya apunta el inútil Rajoy aumentando catastróficamente sus decisiones, sino totalmente. Las consejerías catalanas han de dirigirse por los ministros, y el presidente del gobierno nacional asumir la gobernación de la región que pretenden separar unos tarados mentales.
Digo tarados porque es la imagen que presentan los principales voceros de ese lío regional. Lo que llevamos viendo con amplias informaciones estos días es que los que encabezan esa patochada de secesionar la región noreste de España son unos tarados mentales, gente con el coeficiente intelectual de la mula Francis. De tan escaso nivel que resulta un ridículo histórico y universal. Con esos dirigentes cuales gamberros escolares es penoso que la Nación haya llegado a esta situación. Quien ha permitido alcanzar este punto es un inútil gobernante. Con razón cuando el presidente de Estados Unidos escuchó por boca de Rajoy lo que ocurría en España dijo “es una tontería”. Como que a Trump o a Putin se les enfrentan estos tarados y los sucesos no ocupan más de un telediario.
Es que los tarados catalanes están viviendo este pitorreo inacabable como un éxito al que sólo le falta apoyo internacional. Yo los había calificado siempre como catetos, pero me quedé corto. Hace dieciocho años pasé un mes en aquella región. En el centro religioso donde fue el retiro espiritual se hablaba en español, como es lógico y racional. Una empleada nativa, cada vez que había cánticos, apuntaba que al menos uno fuera en catalán. Cosa semejante es impensable en Andalucía; aquí a nadie se le ocurre reclamar que en un repertorio coral al menos se cante un fandango o la salve rociera. Esa es la catetez que yo había visto entre esos pueblerinos, yo y Fernando el Católico, que hubo de trasladar a los frailes de Monserrat y sustituirlos, que yo recuerde, por vallisoletanos. La abismal diferencia entre la región cateta y Andalucía es que aquí son los visitantes los que reclaman escuchar unas sevillanas. ¿O es que en los salones de baile de Salamanca se anuncian clases de sardanas? Estoy seguro de que aquella cateta se ha metamorfoseado en separatista. Por culpa de Rajoy. Y de sus atolondrados predecesores.
INHABILITAR PARA CARGO PUBLICO A LOS PRINCIPALES CULPABLES DEL CAOS CATALÁN.
Ya que la vicepresidenta es abogada del Estado, y no ha probado que sirva para algo más, debe remitir con urgencia al fiscal general o al que competa denuncias contra los representantes catalanes que han delinquido, cuanto menos desobedeciendo constantemente a las autoridades políticas y judiciales, para que se les instruyan expedientes a fin de inhabilitarlos. Hay que impedir que encima vuelvan a presentarse a elecciones. Si esto sucediere es que la vicepresidenta tampoco sirve para abogada del Estado, y entonces sería preferible que marchara con Rajoy a la nada política.
DISOLVER LA POLICÍA AUTÓNOMA CATALANA.
Entre las medidas imprescindibles a incluir en la suspensión de la autonomía está la disolución de la policía regional. Sus mandos, al paro; y los policías sin graduación podrán integrarse en la Guardia Civil, con los emolumentos que se aplican en ésta y con todas sus demás exigencias y condiciones. Quien se niegue no tendrá ni derecho al desempleo. Deben repartirse equitativamente por las provincias, más Ceuta y Melilla, y ninguno continuar en Cataluña ni trasladarse a Vascongadas, reino de Valencia o Baleares.
SUPRIMIR LAS EMBAJADAS CATALANAS
Otra medida a englobar en la supresión de la autonomía será la eliminación de las ridículas, ilegales e inconstitucionales embajadas catalanas. Todos sus empleados irán al paro. Igualmente se suprimirán todas las instituciones inútiles que han sido creadas para colocar adeptos. De la misma manera se suprimirán todas las subvenciones que no sean estrictamente de ayuda directa a los necesitados, como comedores y asilos (20-10-2017).
