Se lo dijo el General Franco al
Rector Calderón Quijano.
“Sevilla no tiene suerte con los
alcaldes”. Se lo dijo el General Franco al entonces rector de la Universidad de
Sevilla, don José Antonio Calderón Quijano, en una de sus visitas a nuestra
metropolitana Ciudad. Y años más tarde se lo contaba el maestro americanista a
su antiguo alumno el profesor don Antonio Egea López en una de aquellas horas
de inolvidables conversaciones en la Escuela de Estudios
Hispanoamericanos.
Le presentaban tres candidatos con
sus currículos y el Jefe del Estado elegía a uno. Pues, no atinaba, se
lamentaba el General. Como se ha pasado de una dictadura a un régimen mafioso,
a la actual presidenta de la Junta de Andalucía no se le exponen tres nombres,
sino que ella se limita a designar alcalde de Sevilla a cualquier Juan Lanas, y
he aquí que el actual es más inculto que Zoido, quien, por cierto, para
continuar acumulando puntos en su semianalfabetismo profería el 21 de noviembre
de 2016 ante las cámaras de televisión: “las fuerzas gubernamentales están
siendo capaz”. Sí, como lo lee, sin concordancia de número; como sucede a
tantos egresados de aulas de primaria, de bachillerato y universitarias, a los
que sus profesores no enseñan a hablar en español.
El alcalde Zoido promovió la celebración
del Año Murillo (2018), y el actual se ha sumado a la conmemoración. Pero, ¿y
Cervantes? Ni hablar. Por Cervantes, cuyo cuarto centenario es este 2016, el
alcalde de Sevilla no ha movido un dedo para aprovechar turísticamente,
económicamente, con aumento de empleo, culturalmente, en grandiosidad de
imagen, una efeméride que une a la Sevilla inmemorial con el primer escritor de
la literatura universal. El inculto alcalde actual no ha celebrado este año.
Pese a que ningún otro personaje ofrecerá tantísimas posibilidades de
promocionar a Sevilla y atraer visitas. Un fracaso. Así es imposible generar
empleo, y por ello la cifra de parados en Sevilla es una vergüenza histórica.
Claro que, además de necio, el
alcalde actual aspira a un cargo superior, teniendo en cuenta que, siéndole tan
fácil haber recibido la alcaldía, ¿por qué iba a dudar de incluso ascender en
la jerarquía gubernamental? Y ahí lo tienen aspirando a suceder a la presidenta
de la junta autonómica tras fracasar estrepitosamente en nuestra alcaldía. No
se ha acordado de Cervantes, pero sueña cada noche y cada día con acciones que
lo fotografíen asociando provincias andaluzas para ir preparando su lanzamiento
a un puesto en que su ineptitud se muestre con mayor evidencia. Como el único
mérito que ha de cuidar es caerle en gracia a la aspirante a presidir el
gobierno nacional, a ello se dedica, aunque Sevilla ostente récords de paro y
de incompetencia municipal. ¿Habrá algo que más evidencie su inutilidad que
mantener el edificio de la Gavidia malgastando en su vigilancia en vez de
subastarlo de una vez para que unos empresarios creen riqueza y empleo? ¡Será
Juan Lanas!
Los hay peores que el Alcalde de
Sevilla.
Pero que sepan los lectores que aún
los hay peores que el alcalde de Sevilla. En Cádiz, Madrid y Barcelona sus
alcaldes obtienen suspensos muy deficientes; comparados con el nuestro, el de
Sevilla puede parecer matrícula de honor pese a que su calificación es de
insuficiente. Por eso me duele que, encima de aguantar a un inútil, haya
escritores que hablen mal de la actitud pública de los sevillanos olvidando la
justa valoración de cuanto la urbe hispalense supera ostensiblemente a las
poblaciones de esas capitales que están soportando pasiva y cobardemente a unos
mandamases que son una vergüenza nacional e internacional.
Comprendo que esos escritores
autodenigradores se dejen llevar, como tantos, de la autodenigración nacional
que completan calificando igual a sus respectivas ciudades y pueblos. Es un mal
que ya he explicado que nació en el siglo XVIII y que todavía pervive para mal
de España y de cada uno de sus territorios; como si acaso, que no es, en el
resto del mundo ataran los perros con longanizas (podrán hallar en Candelario,
en la provincia de Salamanca, el origen de esa frase). Un ejemplo entre miles:
Sólo hay dos libros publicados sobre Villablanca; en el último, editado en
2012, el autor finaliza la obra asegurando que su “marginalidad geográfica ha
terminado por arrastrarla, a lo largo de la Historia, a su secular estado de
olvido y atraso” (1). Un epílogo injustificado, uno más en el catálogo nacional
de autodescalificaciones. A ver si se termina de una vez con esta lacra.
Jaime Raynaud Soto y Andrés Joaquín
Egea López serían buenos alcaldes.
Por fin Rajoy ha convocado el
congreso de su partido, evitándole al Rey de España que continuara conculcando
la Constitución como hizo al encargársele formar gobierno al gallego ilegítimo
representante del Partido Popular. Felipe VI le llamó la atención por su irregularidad
censurable, y por fin, al jurar los nuevos ministros sus cargos, se ha
convocado el obligatorio congreso que ha legalizado la situación de su partido.
Pero ahora hablemos de Sevilla. El
alcalde Zoido ha sido nombrado ministro, y por tanto falta un candidato popular
para las siguientes elecciones municipales. El que Rajoy también se demore en
nombrar un candidato perjudica a Sevilla, porque, de entrada, un acertado
nombramiento incluso forzaría al actual alcalde a mejorar algo, tras la
desmesurada torpeza de ni celebrar el IV Centenario de Cervantes.
Vengo reiterando -y que me disculpen
los lectores habituales- que es imprescindible una Escuela Universitaria
Nacional de Ciencias del Gobierno para que los titulados sean los únicos aptos
legalmente para dirigir gobiernos o municipios con más de 50.000 habitantes. Y
mientras esto no se lleve a efecto, los españoles seguirán padeciendo la
incapacidad de unos aficionados gobernantes tan necios como esa representante
comunista, reencarnación de candidatos bisoños de 1977, que pide para la
Gavidia no subastar el edificio para crear empleo sino “un centro de
investigación” (2). O sea, más gasto público despreciando a empresas que
aportarían dinero al Ayuntamiento y empleo para desocupados. Con estos descerebrados,
sin formación ni aptitudes, es imposible crear empleo y acabar con la pobreza
en Sevilla. ¡Que no se enteran! ¡Que lo primero es generar empleo a cargo de
empresarios!
Tan ignorantes como el alcalde
actual, que, con casi el mismo coeficiente de inteligencia, desprecia la
instalación de Ikea y ahuyenta a Sevilla Park (3). Que sepan los parados que
este alcalde impide la creación de empleo. Un gobernante tan perjudicial que,
como se lee en “ABC”, “los inversores huyen -de Sevilla- por el atasco en la
concesión de 3.000 licencias de obras” (4). Una urbe, la nuestra, que atrae
inversiones no puede estar regida por un inútil que impide la generación de
riqueza y de puestos de trabajo. Por todo esto, que es urgentísimo reparar, la
presidenta de la Junta de Andalucía tiene la obligación de echar de la alcaldía
al responsable. Si no lo hace de inmediato, será imposible que Susana Díaz
recobre el carisma que ha perdido en este año, lo que, además, repercutirá en
un fracaso seguro para presidir su partido con alguna esperanza de salir del
pozo sin fondo en el que ahora chapotean sus dirigentes.
Vamos, que Rajoy debe tomarse prisa
para ayudar a Sevilla a librarse de esta gangrena que es el alcalde actual. Así
que ha de nombrar a un candidato a la alcaldía, para las próximas elecciones y
para que ahora mismo defienda los intereses de los sevillanos frente a la
sinrazón de un gobierno municipal que hunde a Sevilla y a los ciudadanos y les
deja sin futuro. Y no vale que proceda con la misma deficiencia con que nombró
al que sigue de candidato popular andaluz, ya que ni entonces ni tras el tiempo
transcurrido ha acumulado suficientes méritos para alcanzar un carisma
atractivo, o sea, que la nota del candidato andaluz no sobrepasa la
calificación de insuficiente; para lograrlo tendría antes que experimentar el
gobierno en un municipio. Por tanto, no debe fallarse al nombrar a un candidato
municipal, y dos valiosos aspirantes son Jaime Raynaud Soto, parlamentario
andaluz, y el profesor Andrés Joaquín Egea López, independiente entregado
altruistamente a la defensa de la mejor Sevilla y de un municipio creativo,
emprendedor y generador de empleo.
Hay que sobreponerse a la pésima trayectoria de la ciudad, que, tras 1992, brillante e histórica época en que Sevilla fue otra vez capital del mundo, no logra su reactivación. Tenemos que superarlo, rompiendo cualquier hechizo, pues, como escribe el maestro de maestros don Miguel de Cervantes, “cuando traen las desgracias la corriente de las estrellas, como vienen de alto abajo, despeñándose con furor y con violencia, no hay fuerza en la tierra que las detenga, ni industria humana que prevenirlas pueda” (5).
(Las fotos han sido tomadas de
loquequedadeespaña.blogspot.com, es.wikipedia.org y laverdad.es). 30-11-2016
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(1) González Orta, Juan Ignacio:
Villablanca, Diputación Provincial de Huelva, Huelva, 2012, página 172.
(2) “ABC”, Sevilla, 19-10-2016,
página 27.
(3) Ibid, 29-11-2016, pp. 18 y 20.
(4) Ibid, 21-10-2016, pág. 20.
(5) Cervantes Saavedra, Miguel de: Don Quijote de la Mancha, Primera
Parte, Capítulo XXVII, edición de la Real Academia Española y Asociación de
Academias de la Lengua Española, Madrid, 2004, página 264.





